A sabiendas de que son muchos los lugares en donde se ha hacho lectura comunitaria de su 'Libro de la Vida', y ahora 'Camino de Perfeccion' (y muy bien organizados) nos parece apropiado dedicar este espacio a recordar a Teresa, en su encanto y su figura! Su sentido de la practicidad, su determinacion, su alegria, su carisma, su doctrina...en fin, todos los atributos con que nuestro buen Dios la engalanó y en ella, a todos sus hijos, y a la Iglesia toda. Todo ello, y lo que llevamos en el corazon, como acompañamiento y aporte a este Camino hacia el V Centenario de su Natalicio. Algo así, como una andadura fraterna y gozosa, en la que todos sus hijos, hablando de ella, hacemos que su recuerdo nos refresque el alma, mientras llegamos juntos a Su Fiesta!

ABRAZO EN JMJT!

lunes, 31 de mayo de 2010

TERESA


Esta mujer, desde muy joven, supo esconderse a tiempo tras unas rejas, aprendió a andar y trillar caminos, perderse en la divina contemplación, coger la aguja y distinguirse en labores femeninas, y hasta sentarse a escribir, porque así se lo mandaron, aunque ella estuviera convencida de que no era lo suyo. "¿Para qué quieren que escriba? Escriban los letrados que han estudiado,que yo soy una tonta, y no sabré lo que me digo; pondré un vocablo por otro, con que haré daño".

Consunta y elegante improvisación no mira atrás: "Tornar a leer? yo jamás lo hago; si faltaren letras, póngalas allá, que luego se entiende lo que quiere decir". No importa si se repite. "Como es para mis hermanas, poco va en ello". Con particular pedagogía sabía expresar los fenómenos espirituales y hacerlos asequibles a mentes menos aptas. Gracia especial que ella misma detectó cuando escribía:
"Una merced es dar el Señor la merced, y otra es entender qué merced es y qué gracia, y otra es saber decirla y dar a entender cómo es". De lo que no cabe duda es de que ella supo decirlo y darse a entender. Calculadora e influyente siempre, sin perder la delicada sencillez que le caracterizaba.

LUZ EN EL CAMINO FERNANDO LORENTE

jueves, 27 de mayo de 2010

Ávila...


Ciudad de Santa Teresa de Jesús,
aire medieval, mistico y natural,
rodeada grandes murallas por,
tan grande y pequeña a la vez,
de habitantes sencillos y campechanos,
la unión de lo humano y lo terrenal.

miércoles, 19 de mayo de 2010

El palomar de Santa Teresa



La Casa-Palacio de los Ahumada, en Gotarrendura, era descanso privilegiado de la nobleza del Siglo XVI, y hoy se conserva un solar cercado, huerta-jardín y el Palomar.

El Palomar y sus palomas marcaron el alma de la Santa abulense hasta llamar palomarcicos a todos sus conventos y palomas a sus monjas.

Santa Teresa heredó por expreso deseo de su madre esta finca, conociendo el cariño que tenía al Palomar. Los primeros textos que se conservan son precisamente los que dirigió a González de Venegrilla, rentero y administrativo del Palomar.

El Palomar es un edificio exento de planta baja y mediana altura, construido con adobe revocado con mortero y mampostería en las esquinas, el tejado vierte a dos aguas. Los tabiques internos son de adobe (de mayor grosor que los de otros palomares), con nidales semicirculares y remate inferior de madera para protegerlos del continúo roce de las palomas.
*Aún se conserva el llamado "palomar",con sus nidales auténticos, en los que, con sus manos, cogía Teresa, la hija de Don Alonso, los pichones. Allí los sorprendía acurrucados. Sea por la pequeñez e intimidad de aquel cobertizo de adobes y teja vana, 0 por lo acogedor de las diminutas y acogedoras concavidades, que alberga, lo llamativo es que la futura Fundadora de conventos carmelitanos, los designó pura y llanamente "mis palomarcicos".


¿Cómo iba a pensar aquella niña, con los pichones en la mano, que terminaría ella m
isma haciendo diecisiete "palomarcitos", y que sus palomas blancas y angelicales la llamarían, luego, nuestra santa Madre Fundadora ? Pues en Gotarrendura encontró el símbolo, y lo convirtió en realidad de verdad.


*Nicolás González

sábado, 15 de mayo de 2010


Desde aquel “era entonces muy enemiga de ser monja”, en el monasterio de las Angustias, hasta su grito “es tiempo de caminar”, vive Teresa la “pasión”, en hondura, en complejidad y en grandeza, de su vocación religiosa…

La rica personalidad de Teresa de Jesús nos sobrecoge y, en cierto modo, nos desborda. Pero hay fibras más definidas en su vida, esas que ponen un sello imborrable en toda “andadura” terrenal, que permiten nuestro acercamiento y comprensión al mundo y misterio de la santa de Ávila y del mundo.

Una de esas fibras teresianas, que surcan los días de su existencia, creo que es la “pasión” con que vivió su propia historia, su vida de fe y su vocación religiosa.

Una “pasión” que se hace aventura infantil. Se trata de comprar pronto y al mejor tiempo posible el gozo del cielo. Un gozo para “siempre, siempre, siempre…”. Y nace aquella aventura infantil que comparte con su hermano. Pronto, muy pronto, apenas han salido de Ávila se termina la aventura. Queda la “pasión”, el “ansia” por lo más radical y decisivo para una vida, el “ansia” de Dios.