A sabiendas de que son muchos los lugares en donde se ha hacho lectura comunitaria de su 'Libro de la Vida', y ahora 'Camino de Perfeccion' (y muy bien organizados) nos parece apropiado dedicar este espacio a recordar a Teresa, en su encanto y su figura! Su sentido de la practicidad, su determinacion, su alegria, su carisma, su doctrina...en fin, todos los atributos con que nuestro buen Dios la engalanó y en ella, a todos sus hijos, y a la Iglesia toda. Todo ello, y lo que llevamos en el corazon, como acompañamiento y aporte a este Camino hacia el V Centenario de su Natalicio. Algo así, como una andadura fraterna y gozosa, en la que todos sus hijos, hablando de ella, hacemos que su recuerdo nos refresque el alma, mientras llegamos juntos a Su Fiesta!

ABRAZO EN JMJT!

domingo, 25 de julio de 2010


Ella es, sobre todos los demás Maestros, Madre espiritual y Madre de las almas que aspiran a la vida de perfección. Santa Teresa, con San Juan de la Cruz, son los Maestros insuperables de la espiritualidad carmelitana que juntando la experiencia y la doctrina, la teoría y la práctica, la psicología y la metafísica, lograron organizar perfectamente la espiritualidad carmelitana. Entre los dos le dieron una forma acabada. Más descriptiva y analista la santa, más filósofo y sintético el santo, se completan mutuamente. En ellos la espiritualidad carmelitana se reviste del rigor de ciencia con su unidad, extensión y método, sin dejar por eso de ser algo hondamente sentido y vivido y a la vez expresado con todo realismo. Pensamiento dominante de todas las obras de la Santa es una afirmación clara y precisa de lo sobrenatural, difícil de encontrar igual, fuera del evangelio y de las cartas paulinas.

fuente: rafa.es

lunes, 19 de julio de 2010


Santa Teresa de Ávila (1515-1582) carmelita descalza, doctora de la Iglesia Camino de Perfección, c.17, 5-7

Marta y María

Santa era santa Marta, aunque no dicen era contemplativa; pues, ¿qué más queréis que poder llegar a ser como esta bienaventurada, que mereció tener a Cristo nuestro Señor tantas veces en su casa y darle de comer y servirle y comer a su mesa? (Lc 10, 38-41). Si se estuviera como la Magdalena, embebida, no hubiera quien diera de comer a este divino huésped.
Pues pensad que es esta congregación la casa de santa Marta, y que ha de haber de todo; y las que fueren llevadas por la vida activa no murmuren a las que mucho se embebieren en la contemplación, pues saben ha de tornar el Señor de ellas, aunque callen, que por la mayor parte hace descuidar de sí y de todo. Acuérdense que es menester quien le guise la comida, y ténganse por dichosas en andar sirviendo con Marta. Miren que la verdadera humildad
está mucho en estar muy prontos en contentarse con lo que el Señor quisiere hacer de ellos y siempre hallarse indignos de llamarse sus siervos.

Pues si contemplar y tener oración mental y vocal, y curar enfermos y servir en las cosas de casa y trabajar, sea en lo más bajo, todo es servir al huésped que se viene con nosotras a estar y a comer y recrear, ¿qué más se nos da en lo uno que en lo otro? No digo yo que quede por nosotras, sino que lo probéis todo, porque no está esto en vuestro escoger, sino en el del Señor... Dejad hacer al Señor de la casa.


(comentario al Evangelio del dìa 18 de julio de 2010)

miércoles, 14 de julio de 2010

Oración


Santa Teresa nos dice que "Dios no se da a Sí del todo, hasta que no nos damos del todo". Así que si queremos que el Señor se apodere de nosotros con la Oración de Quietud y de Unión, debemos darnos por entero a El.

Y en esta donación total, nuestro peor enemigo es nuestro "yo". Dice la Santa que "no hay peor ladrón" que "nosotros mismos". Se refiere a las tendencias egoístas que tenemos que combatir, pues impiden nuestra libertad espiritual. El amar la voluntad propia antes que la de Dios nos carga de "tierra y plomo".

También nos recuerda Teresa de Jesús que el "Venga a nosotros Tu Reino" (donación de Dios al alma) va, en el Padre Nuestro, junto al "Hágase Tu Voluntad" (donación del alma a Dios). Y nuestra donación a Dios es siempre una donación dolorosa, pues en ella Dios va purificando a la persona de apegos y afectos desordenados. Esta purificación a veces hace llorar el alma y sangrar el corazón, pero termina por dejarnos completamente libres para Dios.

sábado, 3 de julio de 2010


Santa Teresa de Jesús, que tenía un gran amor por la humanidad de Jesucristo, exclamaba de forma muy singular: “¡Oh qué buen amigo eres, Señor! Cómo sabes esperar a que alguien se adapte a tu modo de ser, mientras tanto Tú toleras el suyo. Tomas en cuenta los ratos que te demuestra amor, y por una pizca de arrepentimie nto olvidas que te ha ofendido. No comprendo por qué el mundo no procura llegar a Ti por esta amistad tan especial. Los malos hemos de llegarnos a Ti para nos hagas buenos, pues por el poco tiempo que aceptamos estar en tu compañía, aunque sea con mil deficiencias y distracciones, Tú nos das fuerzas para triunfar de todos nuestros enemigos. La verdad es que Tú, Señor, que das la vida a todo, no la quitas a ninguno de los que se fían de Ti.” (Santa Teresa de Jesús, El libro de la vida Cap. 8, 9).