Santa Teresa ha expresado en algunas líneas doctrinales su experiencia y su contemplación del misterioso de la Virgen María. Hubiera, sin duda alguna, trazado una hermosa síntesis de espiritualidad mariana si, como fue su intención, hubiese comentado el "Ave María" como hizo con el Padre Nuestro en la primera redacción del Camino de Perfección.
Podemos afirmar que entre las virtudes características de la Virgen que Santa Teresa propone a la imitación, hay una que las resume todas. María es la primera cristiana, la discípula del Señor, la seguidora de Cristo hasta el pie de la Cruz (Camino 26,8). Es el modelo de una adhesión total a la Humanidad de Cristo y a la comunión con El en sus misterios, de manera que Ella es el modelo de una contemplacion centrada en la Sacratísima Humanidad (Cfr. Vida 22,1; Moradas VI,7,14).
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