Ella es, sobre todos los demás Maestros, Madre espiritual y Madre de las almas que aspiran a la vida de perfección. Santa Teresa, con San Juan de la Cruz, son los Maestros insuperables de la espiritualidad carmelitana que juntando la experiencia y la doctrina, la teoría y la práctica, la psicología y la metafísica, lograron organizar perfectamente la espiritualidad carmelitana. Entre los dos le dieron una forma acabada. Más descriptiva y analista la santa, más filósofo y sintético el santo, se completan mutuamente. En ellos la espiritualidad carmelitana se reviste del rigor de ciencia con su unidad, extensión y método, sin dejar por eso de ser algo hondamente sentido y vivido y a la vez expresado con todo realismo. Pensamiento dominante de todas las obras de la Santa es una afirmación clara y precisa de lo sobrenatural, difícil de encontrar igual, fuera del evangelio y de las cartas paulinas.
fuente: rafa.es
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