Santa Teresa de Ávila (1515-1582) carmelita descalza, doctora de la Iglesia Camino de Perfección, c.17, 5-7
Marta y María
Santa era santa Marta, aunque no dicen era contemplativa; pues, ¿qué más queréis que poder llegar a ser como esta bienaventurada, que mereció tener a Cristo nuestro Señor tantas veces en su casa y darle de comer y servirle y comer a su mesa? (Lc 10, 38-41). Si se estuviera como la Magdalena, embebida, no hubiera quien diera de comer a este divino huésped.
Pues pensad que es esta congregación la casa de santa Marta, y que ha de haber de todo; y las que fueren llevadas por la vida activa no murmuren a las que mucho se embebieren en la contemplación, pues saben ha de tornar el Señor de ellas, aunque callen, que por la mayor parte hace descuidar de sí y de todo. Acuérdense que es menester quien le guise la comida, y ténganse por dichosas en andar sirviendo con Marta. Miren que la verdadera humildad
está mucho en estar muy prontos en contentarse con lo que el Señor quisiere hacer de ellos y siempre hallarse indignos de llamarse sus siervos.
Marta y María
Santa era santa Marta, aunque no dicen era contemplativa; pues, ¿qué más queréis que poder llegar a ser como esta bienaventurada, que mereció tener a Cristo nuestro Señor tantas veces en su casa y darle de comer y servirle y comer a su mesa? (Lc 10, 38-41). Si se estuviera como la Magdalena, embebida, no hubiera quien diera de comer a este divino huésped.
Pues pensad que es esta congregación la casa de santa Marta, y que ha de haber de todo; y las que fueren llevadas por la vida activa no murmuren a las que mucho se embebieren en la contemplación, pues saben ha de tornar el Señor de ellas, aunque callen, que por la mayor parte hace descuidar de sí y de todo. Acuérdense que es menester quien le guise la comida, y ténganse por dichosas en andar sirviendo con Marta. Miren que la verdadera humildad
está mucho en estar muy prontos en contentarse con lo que el Señor quisiere hacer de ellos y siempre hallarse indignos de llamarse sus siervos.
Pues si contemplar y tener oración mental y vocal, y curar enfermos y servir en las cosas de casa y trabajar, sea en lo más bajo, todo es servir al huésped que se viene con nosotras a estar y a comer y recrear, ¿qué más se nos da en lo uno que en lo otro? No digo yo que quede por nosotras, sino que lo probéis todo, porque no está esto en vuestro escoger, sino en el del Señor... Dejad hacer al Señor de la casa.
(comentario al Evangelio del dìa 18 de julio de 2010)
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