A sabiendas de que son muchos los lugares en donde se ha hacho lectura comunitaria de su 'Libro de la Vida', y ahora 'Camino de Perfeccion' (y muy bien organizados) nos parece apropiado dedicar este espacio a recordar a Teresa, en su encanto y su figura! Su sentido de la practicidad, su determinacion, su alegria, su carisma, su doctrina...en fin, todos los atributos con que nuestro buen Dios la engalanó y en ella, a todos sus hijos, y a la Iglesia toda. Todo ello, y lo que llevamos en el corazon, como acompañamiento y aporte a este Camino hacia el V Centenario de su Natalicio. Algo así, como una andadura fraterna y gozosa, en la que todos sus hijos, hablando de ella, hacemos que su recuerdo nos refresque el alma, mientras llegamos juntos a Su Fiesta!

ABRAZO EN JMJT!

viernes, 26 de noviembre de 2010

La celda de santa Teresa


La celda de la Santa está al subir al piso de las galerías del patio, y al recorrer dos de las crujías[5] de aquellas. Son las crujías largas y oscuras, porque las luces exteriores las reciben las celdas que están a uno y a otro lado. Sobre estas puertas, en sencillas cartelas, se leen consejos y advertencias sacados de los libros de Santa Teresa y de San Juan de la Cruz. La celda de la Santa está abierta.

La parte de edificio, llamada la Celda de la Santa, es la que constituye el final de la crujía del piso principal y está formada por un grupo de tres habitaciones, a saber: la celda que es del ancho de la crujía y dos pequeñas estancias laterales que corresponden al de las celdas que la crujía tiene a derecha y a izquierda. La que propiamente se considera como celda de aquella es la del centro en la que está el altar y en ella la hornacina con la escultura de la santa, sin más adornos que las pinturas murales, caprichosamente modernas.

Dos puertas a los lados de la habitación central, comunican con las otras habitaciones. En la del lado derecho, entrando, no hay más que una pequeña mesa y sobre la mesa, dentro de una urna, un lindo Niño Jesús. La habitación de la izquierda es, por el contrario, abundante en lo que en ella se guarda. Relicario y museo, archivo y panteón. A la derecha, el sillón de pies cruzados y medio respaldo de vaqueta, que fue de San Juan de la Cruz; sillón compañero de una mesa que estuvo muchos años en una casa de la villa y pasó luego a otros poseedores, y finalmente al convento. En un lado de esta pequeña estancia, un estante encristalado en su frente, encierra en sus tres cuerpos interesante exposición digna, no de los ligeros apuntes de una rápida visita, sino de un libro detenidamente minucioso. En el frente del cuerpo principal del estante, estaba la casulla de San Juan de la Cruz, al lado el cáliz que usó también el santo y en el centro de esta parte de la vitrina está el «Libro de las Profesiones».[6]

sábado, 13 de noviembre de 2010

Oración


La vida de oración debe ser un balance entre María y Marta, las hermanas de Lázaro (cfr. Lc. 10, 38-41), entre la vida contemplativa y la activa. A las almas de oración sin obras reprende Santa Teresa de Jesús, sin dejar a un lado su humor característico: "Cuando yo veo almas muy diligentes en entender la oración que tienen y muy encapotadas cuando están en ella, ... porque no se les vaya un poquito el gusto y devoción que han tenido, háceme ver cuán poco entienden del camino por donde se alcanza la unión, y piensan que allí está todo el negocio. Que no, hermanas, no; obras quiere el Señor, y si ves una enferma a quien puedes dar algún alivio ... te compadezcas de ella ... no tanto por ella, como porque sabes que Tu Señor quiere aquello".

domingo, 7 de noviembre de 2010

La mística española de Santa Teresa y San Juan de la Cruz


Dos siglos después se desarrolló la literatura mística española, representada sobre todo por San Juan de la Cruz (1542-1591) y Santa Teresa de Jesús (1515-1582). En el primero, autor de poemas como el Cántico Espiritual, recreación del Cantar de los cantares de Salomón, y Llama de amor viva, se encuentran huellas de las interpretaciones bíblicas cristianas o judías, de la literatura mística del catalán Ramon Llull (1232-1316), del alemán Eckhart (“Mi alma está desasida / de toda cosa criada”, dice san Juan), de San Bernardo y San Buenaventura, pero sobre todo de la poesía mística musulmana de autores como Ibn Arabi de Murcia e Ibn al Farid.

En el misticismo sufí, San Juan de la Cruz encontró símbolos como el vino o la embriaguez mística, la noche oscura del alma, el pájaro solitario, el alma como jardín místico. Desde el punto de vista del lenguaje, la investigadora Luce López-Baralt ha destacado la “poética del delirio”: así como Eckhart se esforzaba por comunicar lo inefable, san Juan de la Cruz recupera las imágenes desconcertantes, los cambios abruptos y hasta la incongruencia de los tiempos verbales. Esta poética aún se mantiene en las prosas en las que el poeta pretende explicar el Cántico espiritual en función de la doctrina, otorgando a una misma imagen distintos valores simbólicos.

En Las virtudes del pájaro solitario, Juan Goytisolo recupera novelísticamente esta tradición y la poesía de san Juan, como en la imagen del vino mezclado con la saliva del Amado: “Bébelo puro o mézclalo con la saliva del Amado, cualquier otra mixtura sería sacrilegio”.

Santa Teresa, en cambio, adopta un estilo más sencillo y expone directamente sus incomprensiones o sus dificultades para expresar la experiencia de Dios. El padre Jerónimo Gracián, que la estimulaba para que escribiera Las Moradas, justificaba la tendencia de santa Teresa a la imprecisión en el uso de las palabras relacionadas con la experiencia mística: “Una éxtasis, en cuanto en ella se junta nuestra voluntad con la de Dios, se llama unión; en cuanto eleva las potencias y las levanta, se llama vuelo del alma; en cuanto es altísimo conocimiento de Dios, se llama mística teológica, etc. Todos estos nombres son verdaderos y declaran algo deste espíritu”. Lo que Jerónimo Gracián se ve obligado a justificar es, en rigor, la gran riqueza de la literatura de santa Teresa. A esos términos deberán añadirse otros como embebecimiento, arrebatamiento, arrobamiento.

Si la experiencia mística es la de la unión definitiva con Dios, el grado superlativo de tal arrobamiento es la supresión de la palabra, el silencio. Mientras la unión y la quietud del desasimiento y la inmovilidad no llega, sólo queda el camino del vértigo verbal. Despojada de sus connotaciones religiosas, ésta es la gran enseñanza de la mística en la búsqueda de la Palabra: que todo lo diga en el terreno literario. Así parecen haberlo entendido muchos poetas contemporáneos, desde Mallarmé a un poeta español, estudioso de san Juan de la Cruz, como José Ángel Valente. En ese estadio, el fervor místico, otra forma de la comunicación erótica (“Amada en el Amado transformada”), se confunde con ese otro rasgo de la plenitud latente en la palabra poética.

fuente: alipso.com/monografías

martes, 2 de noviembre de 2010

EL 29 DE MARZO DE 1965 eL Papa Pablo VI recibio en su estudio privado al entonces General del Carmelo Teresiano, P. Anastasio del Smo Rosario, junto con unos Profesores de la Facultad de Teologia del Teresianum de Roma, donde se habia llevado a cabo una encomiable restauracion de un escrito funtamental de Sta Teresa de Jesus, conocido como CAMINO DE PERFECCION.

El venerable manuscrito de la 2ª redaccion de Camino, que durante siglos habia sido amorosamente conservado en el convento de las Carmelitas Descalzas de Valladolid, necesitaba una restauracion radical.

En primer lugar, porque el manuscrito habia sido encuadernado con pesadas cubiertas de plata que oprimian mucho las hojas d epapel; en segundo lugar, porque las injurias del tiempo habian provocado muchas manchas, ademas del daño de la carcoma y polilla, cosa inevitable en todo libro antiguo; y en tercer lugar, porque la tinta usada por la Madre Teresa era muy acida y corrosiva que corria el peligro de consumir paginas enteras haciendolo ilegible.

Asi fue que se le quitaron las pesadas cubiertas de plata sustituyendolas por una encuadernacion en pergamino y tratando cada hoja con el cuidado necesario, el manuscriuto quedo completamente restaurado. Contemporaneamente a la restauracion se realizo una copia fotostatica en 2 volumenes impresos por la Editorial Poliglata Vaticana.

El motivo de aquella audiencia privada era presentar al santo padre el Autografo de CAMINO DE PERFECCION asi restaurado, y ofrecerle el primer ejemplar de la edicion fotostatica. Cuando PABLO VI tomo en sus manos el venerado manuscrito, se arrodillo, lo beso y repitio tres veces: "SANCTA MATER TERESIA", a cuya invocacion respondieron los asistentes: " Ora pro nobis".