A sabiendas de que son muchos los lugares en donde se ha hacho lectura comunitaria de su 'Libro de la Vida', y ahora 'Camino de Perfeccion' (y muy bien organizados) nos parece apropiado dedicar este espacio a recordar a Teresa, en su encanto y su figura! Su sentido de la practicidad, su determinacion, su alegria, su carisma, su doctrina...en fin, todos los atributos con que nuestro buen Dios la engalanó y en ella, a todos sus hijos, y a la Iglesia toda. Todo ello, y lo que llevamos en el corazon, como acompañamiento y aporte a este Camino hacia el V Centenario de su Natalicio. Algo así, como una andadura fraterna y gozosa, en la que todos sus hijos, hablando de ella, hacemos que su recuerdo nos refresque el alma, mientras llegamos juntos a Su Fiesta!

ABRAZO EN JMJT!

domingo, 7 de noviembre de 2010

La mística española de Santa Teresa y San Juan de la Cruz


Dos siglos después se desarrolló la literatura mística española, representada sobre todo por San Juan de la Cruz (1542-1591) y Santa Teresa de Jesús (1515-1582). En el primero, autor de poemas como el Cántico Espiritual, recreación del Cantar de los cantares de Salomón, y Llama de amor viva, se encuentran huellas de las interpretaciones bíblicas cristianas o judías, de la literatura mística del catalán Ramon Llull (1232-1316), del alemán Eckhart (“Mi alma está desasida / de toda cosa criada”, dice san Juan), de San Bernardo y San Buenaventura, pero sobre todo de la poesía mística musulmana de autores como Ibn Arabi de Murcia e Ibn al Farid.

En el misticismo sufí, San Juan de la Cruz encontró símbolos como el vino o la embriaguez mística, la noche oscura del alma, el pájaro solitario, el alma como jardín místico. Desde el punto de vista del lenguaje, la investigadora Luce López-Baralt ha destacado la “poética del delirio”: así como Eckhart se esforzaba por comunicar lo inefable, san Juan de la Cruz recupera las imágenes desconcertantes, los cambios abruptos y hasta la incongruencia de los tiempos verbales. Esta poética aún se mantiene en las prosas en las que el poeta pretende explicar el Cántico espiritual en función de la doctrina, otorgando a una misma imagen distintos valores simbólicos.

En Las virtudes del pájaro solitario, Juan Goytisolo recupera novelísticamente esta tradición y la poesía de san Juan, como en la imagen del vino mezclado con la saliva del Amado: “Bébelo puro o mézclalo con la saliva del Amado, cualquier otra mixtura sería sacrilegio”.

Santa Teresa, en cambio, adopta un estilo más sencillo y expone directamente sus incomprensiones o sus dificultades para expresar la experiencia de Dios. El padre Jerónimo Gracián, que la estimulaba para que escribiera Las Moradas, justificaba la tendencia de santa Teresa a la imprecisión en el uso de las palabras relacionadas con la experiencia mística: “Una éxtasis, en cuanto en ella se junta nuestra voluntad con la de Dios, se llama unión; en cuanto eleva las potencias y las levanta, se llama vuelo del alma; en cuanto es altísimo conocimiento de Dios, se llama mística teológica, etc. Todos estos nombres son verdaderos y declaran algo deste espíritu”. Lo que Jerónimo Gracián se ve obligado a justificar es, en rigor, la gran riqueza de la literatura de santa Teresa. A esos términos deberán añadirse otros como embebecimiento, arrebatamiento, arrobamiento.

Si la experiencia mística es la de la unión definitiva con Dios, el grado superlativo de tal arrobamiento es la supresión de la palabra, el silencio. Mientras la unión y la quietud del desasimiento y la inmovilidad no llega, sólo queda el camino del vértigo verbal. Despojada de sus connotaciones religiosas, ésta es la gran enseñanza de la mística en la búsqueda de la Palabra: que todo lo diga en el terreno literario. Así parecen haberlo entendido muchos poetas contemporáneos, desde Mallarmé a un poeta español, estudioso de san Juan de la Cruz, como José Ángel Valente. En ese estadio, el fervor místico, otra forma de la comunicación erótica (“Amada en el Amado transformada”), se confunde con ese otro rasgo de la plenitud latente en la palabra poética.

fuente: alipso.com/monografías

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